El tratamiento cerámico básico protege la superficie del vehículo contra el daño causado por la intemperie y otros factores ambientales. Se aplica una capa de cerámica que actúa como un escudo protector, ayudando a prevenir el desgaste y la oxidación. También mejora el brillo y el acabado, haciendo el vehículo más resistente a la suciedad y las manchas.